lunes, 10 de febrero de 2014

Momentos que nunca ocurrieron

El sueño continúa latiendo. No he vuelto a escuchar su voz ni a disfrutar de su melancólica sonrisa, pero sé que sigue ahí. Mientras la piense, mientras la sueñe, mientras la recuerde, seguiré sintiéndola y estará conmigo; pero comienzo a tener nostalgia de momentos que nunca ocurrieron. Ahora es perfecta, mientras la sueño. Y estoy seguro que cuando despierte, seguirá siéndolo. Tal vez sea esto lo que hace que se esconda. Me dice que esté tranquilo, que el sueño continúa, "como las estrellas". Y que piensa en ello. Yo lo hago unas 400 veces al día, pero comienzo a pensar que no es suficiente. Sin embargo, no me importa. "No me tientes como un diablillo"... me han llamado muchas cosas en mi vida, pero nunca 'diablillo'. Me sorprendió, como siempre. Siempre me sorprende, aún cuando le ofrezco un proyecto contado a medias y cree que es una tentación. "Casi prefiero que ni me lo cuentes". Pues casi prefiero no hacerlo. Ocurre que tratas de ver la luz por algún sitio... pero cierto es que nos pueda cegar.

No me importa, insisto. Ya no sé cuando comienza la noche ni cuando termina. Ya no sé hacia dónde girar en cada encrucijada. Cierro los ojos y escribo, que es lo mejor que se me ocurre ahora. Pero mientras el sueño avanza, siento nostalgia de momentos que nunca ocurrieron.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Te debo este sueño

'Cuando menos te lo esperas' es el título de una película que termina en un puente de París, bajo la nieve. Es un paréntesis en la vida de dos personas, un espacio-tiempo en la película de sus vidas en el que comparten banda sonora. La vida debiera tener su BSO, con leitmotiv. Creo que la tenemos, sin saberlo. Cuando menos te lo esperas, esto ocurre; que te solapas en los fotogramas de otro latir y comienzas a sentirte bien. ¿Quien es el guionista de este nuevo film por cuya escalera tu vida ya comienza a descender? No lo sé. No me importa. Voy bajando. Siento el otro latir, desacompasado aún con el mío, que pega fuerte. Lo puedo escuchar. ¿Quien dirije la obra? No lo sé. No me importa. Siento el otro latir y sigo bajando. No sé si hay luz al final; me da igual. Me siento bien. Es un sueño que se reanuda cada madrugada, cuando falta el ruido, y que no sé bien cuando se interrumpe. La verdad, sé muy poco de este sueño; pero me gusta porque me mantiene colgado del viento. ¿Un oásis en el tormento? Puede ser. No sé. Lo que sí sé -lo único que sé- es que el tiempo de este sueño no pasa, no cuenta. Los segundos marcan mayor distancia y el tiempo se pierde en cada tic-tac. Ahora voy a dejar de pensar en ese otro latir, aunque lo seguiré sintiendo. Qué complicadas son las cosas a veces, cuando menos te lo esperas. Te debo este sueño, si no me despiertas; y si lo haces, que sea en un puente de París. Aunque no nieve.

Cuídate.